Estudiando el Libro de Proverbios
ESTUDIO # 7
Estudiando Proverbios – 7
Introducción
El estudio de hoy está dedicado completamente a la mujer adúltera y al hombre que es enredado en sus ligaduras de muerte. Pero el autor sagrado más una vez hace su vehemente exhortación, como un padre al hijo que ama: “Guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. Guarda mis mandamientos y vivirás…” (Proverbios 7:1, 2). Hemos visto en nuestro estudio anterior que el adulterio es un grave y horrendo pecado contra Dios, contra el cónyuge y contra la familia, atrayendo la vergüenza y la deshonra para la vida del que lo practica, pues, aunque la culpa del adulterio puede ser perdonada por el arrepentimiento de este, permanecerá la afrenta y jamás desaparecen las cicatrices. Esto demandará todo un proceso de sanidad interior y liberación para que la restauración de la relación matrimonial y familiar pueda ser posible.
Proverbios 7.
“1 Hijo mío, guarda mis razones, y atesora contigo mis mandamientos. 2 Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos. 3 Lígalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón. 4 Dí a la sabiduría: Tú eres mi hermana; y a la inteligencia llama parienta; 5 para que te guarden de la mujer ajena, y de la extraña que ablanda sus palabras. 6 Porque mirando yo por la ventana de mi casa, por mi celosía, 7 vi entre los simples, consideré entre los jóvenes, a un joven falto de entendimiento, 8 el cual pasaba por la calle, junto a la esquina, e iba camino a la casa de ella, 9 a la tarde del día, cuando ya oscurecía, en la oscuridad y tinieblas de la noche. 10 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón. 11 Alborotadora y rencillosa, sus pies no pueden estar en casa; 12 unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, acechando por todas las esquinas. 13 Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14 Sacrificios de paz había prometido, hoy he pagado mis votos; 15 por tanto, he salido a encontrarte, buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16 He adornado mi cama con colchas recamadas con cordoncillo de Egipto; 17 he perfumado mi cámara con mirra, áloes y canela. 18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; alegrémonos en amores.
19 Porque el marido no está en casa; se ha ido a un largo viaje. 20 La bolsa de dinero llevó en su mano; el día señalado volverá a su casa. 21 Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, le obligó con la zalamería de sus labios. 22 Al punto se marchó tras ella, cómo va el buey al degolladero, y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23 como el ave que se apresura a la red, y no sabe que es contra su vida, hasta que la saeta traspasa su corazón. 24 Ahora pues, hijos, oídme, y estad atentos a las razones de mi boca. 25 No se aparte tu corazón a sus caminos; no yerres en sus veredas.
26 Porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27 Camino al Seol es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.”
Conceptos: Razones, Mandamientos y Adulterio
- ¿Cómo debemos tratar las razones y los mandamientos del Señor? (vs. 1 a 3).
- Según el autor sagrado, ¿con quiénes debemos emparentarnos? (v. 4).
- ¿De qué da testimonio el autor sagrado en los vs. 6 a 20?
- ¿Cómo califica el Señor a este joven? (v. 7).
- ¿Qué características posee esta mujer adúltera? (vs. 10 a 20)
- ¿Cómo demuestra el joven su falta de entendimiento y su insensatez? (vs. 21-23).
- ¿Hay posibilidades de no caer en las redes de la adúltera? (vs. 1 a 3 y 24 a 27).
Meditación Práctica.
- ¿Qué nos revela el estado del hombre atrapado en la red de la adúltera? (vs. 21-23).
- ¿Qué terrible condición está implícita en la declaración de la adúltera en los
versículos 13 y 14? - ¿Qué lecciones podemos poner en práctica a la luz de la enseñanza de este estudio?