Pastoral 27 de Octubre - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira
¡Levántate y Resplandece!
Los tiempos presentes son, como diría el apóstol Pablo, peligrosos y asombrosos. Nadie podríamos imaginar que estaríamos viviendo lo que contemplamos a diario en nuestra generación. Los valores que eran muy preciados, hoy, parecen pasados de moda. Lo interesante es que eso no vale solo para una región, una ciudad o un país, sino también para la misma Iglesia.
Si entramos en una congregación cristiana y preguntamos a los que estén presentes si ellos están engañando a Dios; quizás, con asombro nos dirán. ¡No! Pero, lo cierto es que estamos engañando a Dios si le debemos dinero a alguien y no se lo devolvemos, si no manejamos limpiamente nuestras finanzas en relación con otros. Si tan solamente hiciéramos un llamamiento a todos aquellos que están en falta en esta área, nos quedaríamos sorprendidos con los que levantarían sus manos. Cuando el profeta Malaquías denunció que Judá estaba en falta con Dios en esta área la reacción del pueblo fue de “sorpresa”. Miremos el texto de Malaquías 3:7-9: “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado”.
Cuando vemos que los valores que están fundamentados en la Palabra ya nadie les presta atención, como si estuvieran pasados de moda, es una señal evidente de los tiempos que no podemos pasar por alto. Tenemos que tomar atención, pues la apostasía es una de las señales de fin de los tiempos. Y para estos tiempos el apóstol Pablo dijo que muchos estarían involucrados en el Reino sin que le dieran crédito alguno (2 Timoteo 3:5).
Estamos convencidos de que lo que vemos aquí en Bolivia es real y patente en todas las naciones de la Tierra. Por eso, la Iglesia del Señor Jesús tiene que unirse para más allá de las fronteras nacionales, denominacionales o culturales y presentarse delante del Trono de Dios en oración y clamor por nuestras naciones. ¡Es el llamamiento profético de Dios para Su Pueblo en estos últimos días!
Alabamos al Señor por todo el mover de clamor por nuestra Nación que se ha desatado en todos los departamentos de Bolivia. Una Iglesia unida que se presenta ante el Trono de la Gracia de Dios para decretar que “Bolivia es del Señor Jesús”.
Nuestra Bolivia ha recibido tanto de parte de Dios en estas últimas décadas, tanto en palabra profética como en el derramar de Su Santo Espíritu. que nos ha entregado mucho, pero, hoy las oportunidades se van cerrando y las puertas para anunciar el Evangelio se van cerrando cada día, delante de la avalancha de maldad que contemplamos a diario. Como hijos de Dios somos los únicos que podemos abrir esa puerta para que los hijos de nuestra Nación se vuelvan a Dios.
Si como pueblo de Dios levantamos nuestra voz al Señor, confiándole los destinos de nuestra Tierra, veremos la mano de Dios en operación a favor de nuestro pueblo. Bolivia es Tierra de Avivamiento y no podemos desperdiciar el tiempo presente cruzando de brazos o echándonos en nuestras hamacas de la dejadez, conformismo, flojera o pereza espiritual.
No podemos jamás confiar que los líderes políticos en nuestra Nación hagan este trabajo por nosotros. ¡Es tiempo de cambio de guarda! ¡Gloria a Dios por todos los pastores y líderes bendecidos que nos levantamos en este tiempo para clamar a Dios a favor de nuestra Tierra! (2 Crónicas 7:14). Y es en medio de este caos social, moral, político y económico que la Iglesia del Señor Jesús hará la diferencia, levantándose y resplandeciendo con la Luz del Evangelio de Dios que cambia las vidas, los corazones y nuestra generación.
En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.