Estudio 56 Cap. 18:1-11

Estudio del Evangelio de Juan –56

Arresto de Jesús

INTRODUCCIÓN

Nuestro estudio del Evangelio de Juan entra ahora en uno de los aspectos más tremendos de la vida y ministerio de nuestro Señor Jesucristo – su arresto, su juicio, su sufrimiento y muerte en la cruz. Al estudiar estos próximos capítulos, dejemos que el Espíritu Santo nos revele aún más la personalidad, el carácter y la firmeza de propósitos y misión del Maestro, pues, aun en los momentos más duros y difíciles vividos por Él, no abandonó ni negó su identidad y compromiso con el Padre Celestial.

Vale la pena abrir el corazón y recibir de parte del Señor nuestro Dios las impresiones de Su Corazón para el nuestro. Nadie nos amó más que Él y va a empezar a probar este hecho, entregándose a Sí mismo por nosotros. Él ya lo había dicho: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:13). Por lo tanto, déjese impregnar de este amor que llegó al máximo de entrega y sacrificio por nosotros.

Juan 18:1-11 

“¹Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto en el cual entró con sus discípulos. ²Y también Judas, el que lo entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. ³Judas, pues, tomando una compañía de soldados y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con linternas, antorchas y armas. ⁴Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de sobrevenir, se adelantó y les preguntó: — ¿A quién buscáis? ⁵Le respondieron: — A Jesús nazareno. Jesús les dijo: — Yo soy. Estaba también con ellos Judas, el que lo entregaba. ⁶Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. ⁷Volvió, pues, a preguntarles: — ¿A quién buscáis? Y ellos dijeron: — A Jesús nazareno. ⁸Respondió Jesús: — Os he dicho que yo soy. Si me buscáis a mí, dejad ir a estos. ⁹Esto dijo para que se cumpliera aquello que había dicho: «De los que me diste, no perdí ninguno». ¹⁰Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, hirió al siervo del Sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. ¹¹Jesús entonces dijo a Pedro: — Mete tu espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?”

Temas: Amistad, Carácter, Duda, Dureza de Corazón, Enemigos, Estivo de Vida, Intenciones, Jesucristo, Miedo, Negación, Oposición, Temor, Voluntad de Dios.

COMIENCE 

• ¿Por qué traicionaría una causa alguien que estuvo activamente involucrado en ella?
• ¿Cuándo se ha sentido usted traicionado por una persona o causa en la que creía?

 EXPLORE

1. ¿Adónde se dirigieron Jesús y sus discípulos después que Jesús terminó de orar? (v. 1).
2. ¿Cómo sabía Judas cuál era el lugar adonde Jesús y los discípulos habían ido? (v. 2).
3. ¿Qué le preguntó Jesús a Judas y a los que venían con él? (v. 4).
4. ¿Cómo se identificó Jesús a sí mismo? (v. 5).
5. ¿De qué manera reaccionaron esas personas cuando Jesús se identificó? (vs. 6 y 7).
6. ¿Qué dijo Jesús a los soldados y guardias que hicieran? (v. 8).
7. ¿Por qué les dijo Jesús a los soldados y a los guardias que dejaran ir a los discípulos? (v. 9).
8. ¿Cómo reaccionó Pedro ante la amenaza a Jesús? (v. 10).
9. ¿Cómo reprendió Jesús a Pedro? (v. 11).

ANALICE

1. Si usted hubiera estado con Jesús la noche que fue arrestado, ¿cómo cree que hubiera reaccionado?
2. ¿Ha sido alguna vez traicionado por un amigo?
3. ¿Cómo reaccionaría usted si su mejor amigo es traicionado?
4. ¿De qué manera se parece usted a Pedro?
5. ¿De qué manera es un ejemplo a imitar la forma como respondió Jesús a su traición?
6. ¿De qué manera traicionamos a Jesús con nuestras palabras y conducta?

 APLIQUE

• ¿Qué quisiera recordar de Cristo la próxima vez que alguien lo decepcione?
• ¿Qué aspecto de su estilo de vida debe cambiar de modo que no traicione a Jesús con sus hechos o palabras?