Jesús Desea que Usted Frecuente a la Iglesia

Al hacerse un discípulo del Señor Jesucristo usted debe procurar unirse a Su Iglesia donde pueda estudiar la Biblia y crecer en comunión con los demás cristianos. Jesús estableció la Iglesia, la amó y murió por ella. Hebreos 10:25 nos insta a congregarnos asidua y diligentemente, y a no ser negligentes en este aspecto de la vida cristiana: “No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos” (Versión “DHH”).

Una Iglesia que cree en la Biblia y la predica en verdad podrá ayudarlo en tres maneras distintas:

• Usted oirá la Palabra de Dios proclamada y enseñada desde un púlpito o por cualquier otro medio de alcance.
• Usted será fortalecido y confortado a través de la comunión con otros hermanos en la fe. Aquí está el poderoso ministerio de las Células (grupos pequeños de comunión, edificación y evangelismo). Todo creyente necesita de la fuerza y del ánimo que viene de esta comunión cuando es parte de una iglesia local.
• Usted encontrará un medio para servir mejor a Cristo. La Biblia dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”. (Efesios 2:10). Esto quiere decir que somos salvos para servir. Cristo nos dio la Iglesia para que juntamente con otros Lo sirviéramos mejor, sirviendo al prójimo. Esta será su mayor bendición.

El participar en las reuniones de Células y de las Celebraciones de la Iglesia, es donde usted encontrará la manera de ser beneficiado en estos tres aspectos. Aprendamos más sobre este tema relevante e importante para la vida de todo cristiano:

1. ¿Quién estableció la Iglesia, según Mateo 16:18? “Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no la dominarán.”

2. ¿Quién es la cabeza de la Iglesia, de acuerdo a Efesios 5:23? “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.”

3. ¿Cuál es la actitud de Cristo para con la Iglesia, según leemos en Efesios 5:25?

    “… Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella.” 

4. ¿Por qué es tan valiosa la Iglesia para el Señor Jesucristo, según Hechos 20:28? “Por tanto, mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”

5. Según Efesios 5:23-27, ¿a qué es comparada la relación entre Cristo y la Iglesia? “23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha”.

6. ¿Según Hebreos 10:25, ¿cuál es nuestra responsabilidad en la asistencia a las reuniones de Celebración de la Iglesia?

7. ¿Cómo denomina el apóstol Pablo a la Iglesia en 1 Corintios 12:27?

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular.”

8. ¿Qué responsabilidades fueron dadas por Jesús a su Iglesia en Mateo 28:19-20? “Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

9. Diga en sus palabras su concepto o apreciación sobre la Iglesia del Señor Jesús.

• ¿Este su concepto es respaldado por el Señor Jesús?

Conclusión.

Ser parte de la Iglesia de Jesús es el más precioso privilegio que se nos dio. Disfrutemos con todo nuestro corazón, dedicando nuestro mejor para agradarle a Él. Además, hagamos de nuestra participación en la Iglesia del Señor nuestra mejor forma de agradecer al Padre Celestial el haber hecho de cada uno de nosotros sus hijos a través de la Obra del Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario.