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Pastoral 13 OCTUBRE 2024

Pastoral 13 de Octubre - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira

¡Las Fiestas del Otoño!

Anualmente, luego de un largo periodo de más de tres meses y, pasados los días calurosos del verano, surgen nuevas santas convocatorias consideradas como “Fiestas del Otoño”. Son las últimas tres fiestas que completan un ciclo, trayendo consigo un nuevo ritmo, y continúan a ser un eficaz medio visual para alcanzar verdades espirituales, apuntando cada una de ellas para la personas y obra del Mesías Yeshua.

En las anteriores Fiestas de la Primavera (Pascua, Panes sin Levadura, Primicias y Pentecostés), vemos el plan redentor de Dios sacando a Israel del cautiverio y conduciéndolo por el desierto hacia la Tierra Prometida. Las tres últimas Fiestas, cumplidas por Israel anualmente en el transcurso de su historia pasada o moderna, son reveladora de los días futuros, cuando el Mesías Jesús ira a cumplir cada una de ellas en el desarrollar de los acontecimientos que vendrán. Tal como las anteriores, estas últimas fiestas continúan a ser Fiestas fijas de peregrinación, como nos dice Levítico 23:24-44.

 

 

Mientras que las seis primeras Fiestas revelan la lucha del hombre en vivir en la Tierra, con una naturaleza y una Creación aún no restauradas, y caminando en dirección a la Canaán Prometida, la última Fiesta, la de los Tabernáculos, nos conducen al descanso, alegría y paz prometidas y anheladas.

 

 

El día 7, el mes 7 y el año 7 son de sagrada importancia para Israel, porque concluyen un ciclo completo. Por eso, está escrito: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Filipenses 1:6). Esta “buena obra” se refiere a un ciclo que será terminado en el Día del Mesías, en el 7° Milenio. En este entendimiento, las tres últimas Fiestas preparadas para el 7° mes, se refieren a la conclusión de la Obra del Mesías en la vida de los hijos de Dios y en la Tierra, cuando se instale Su Reino de Mil años.

 

 

Dentro de este grupo de Fiestas del Otoño, las dos primeras Fiestas, Trompetas y Expiación (Yom Kippur), nos obligan a una pausa de reflexión y toma de conciencia. En ellas no hay cosechas, por eso no se centra en la estación agrícola, ni en ofrendas traídas, más apuntan para la Cosecha del Campo del Señor (Isaías 60:2l, Jeremías 24:6; 32:41 y Mateo 15:13). Son llamadas de atención al hombre para un despertar y arrepentimiento, antes que venga el juicio divino, porque Dios segará el trigo, pero apartará la cizaña.

 

 

El trigo habla de los que se dejaron moldar y mover por el viento del Espíritu de Dios y por las instrucciones de la Palabra de Dios (que no son sugerencias, pero sí mandamiento a la obediencia). Sin embargo, la cizaña apunta a los que permanecen en la dureza de sus corazones, pensamientos, posiciones, y se hicieron rebeldes e inamovibles antes las advertencias del Señor.

 

 

Estas últimas Fiestas, ocurren en un período secuencial de 21 días, desde el 1° hasta el 21° día del mes de Tishrei, de calendario hebreo. El conjunto de estas tres Fiestas es considerado también “Tabernáculos” – Levítico 23:34-44.

 

 

Entre la Fiesta de las Trompetas y el Día de la Expiación (Yom Kippur), hay un intervalo de 10 días, conocidos como “Días de los Ayes” o “Días Terribles”. Son días de lamento, quebrantamiento y clamor aún más intenso. Este período siempre fue muy significativo para Israel, pues en este período de los Días de los Ayes:

  1. El Tabernáculo en el desierto fue levantado (Éxodo 40:2).
  2. El Templo de Salomón fue santificado (2 Crónicas 29:17).
  3. Los judíos volvieron del cautiverio babilónico (Esdras 7:9).
  4. Los sacerdotes se apartaron de las mujeres extranjeras (Esdras 10:17).

 

En estos diez días, los portones del Cielo se abren para que sean oídas las oraciones penitentes de los hijos de Israel. Se dice en el judaísmo que ellos se abren en el día 1° y se cierran en el día 10° (Yom Kippur). Se dice también que lo que Dios decreta en estos días se queda sellado para los próximos 12 meses, sin que pueda ser alterado. Por eso, estos días son de intensa reflexión espiritual para arrepentimiento, antes del juicio de Dios.

 

 

Aprovechemos este tiempo para alistar nuestros corazones para lo nuevo de Dios en nuestras vidas. Más que nunca lo declarado en Hechos 3:19-20 corre y vale para Israel y para la Iglesia del Señor Jesús: Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado.

 

Dejémonos ministrar por el Espíritu de Dios que prepara la Novia del Cordero para su pronta venida y pongámonos a cuentas con nuestro Señor a fin de ser hallados fieles en estos últimos días.

 

 

En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.