Pastoral 21 de Septiembre - Ap. Alberto Magno Sales de Oliveira
¡Al Son de las Trompetas!
Cada año, este día festivo recuerda la antigua conmemoración de las Trompetas, con la que se inauguraba en la segunda mitad del año, las fiestas del otoño. Atrás había quedado las de primavera: la Pascua (Pesah) y los panes sin levadura; la de los primeros frutos – las Primicias – y la de Pentecostés (Shavuot) o de las semanas. Un periodo de tres meses mediaba entre ellas y las siguientes. Y entonces, en el mes de Tishrí, se celebraban las últimas tres, en el probablemente más solemne tiempo del año: la Fiesta de la Trompetas (Yom Teruah), el Día de la Expiación (Yom Kippur) y la Fiesta de los Tabernáculos (Sukot), con las que concluye la serie de las siete Celebraciones o fiestas anuales.
La Fiesta de las Trompetas es especial, pues en la Escritura no se menciona el motivo para el cual se celebra. Tal vez, para darle un significado concreto, después de la destrucción del Templo comenzó a llamársele Rosh HaShannah (que literalmente significa “cabeza del año”) y con ella, durante dos días – considerados un día largo – se celebra el comienzo del año nuevo judío. Así que esta fiesta tiene lugar el primero y el segundo día del mes de Tishrí, el séptimo mes del calendario hebreo, en la luna nueva o novilunio. El Salmo 81:1-4 declara: “Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; al Dios de Jacob aclamad con júbilo. Entonad canción, y tañed el pandero, el arpa deliciosa y el salterio. Tocad la trompeta en la nueva luna, en el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne. Porque estatuto es de Israel, ordenanza del Dios de Jacob”.
Hay dos tipos de calendarios en la cultura hebrea: el del año religioso y el del año civil. El año religioso comienza con el mes de Abib o Nisán (mediados de marzo a mediados de abril en nuestro calendario). Este calendario fue ordenando por Dios, como el comienzo de una nueva etapa, al salir Israel en libertad de la esclavitud de Egipto (Éxodo 12:1-2). El año civil fue establecido posteriormente por la tradición judía, después del cautiverio babilónico, comenzando con el mes de Tishrí (mediados de septiembre a mediados de octubre en nuestro calendario), cuando se festeja la fiesta de Rosh HaShannah.
Dice Víctor Buksbazen: “Tishrí es el séptimo mes del año. Es un mes sabático. Lo que es el séptimo día a la semana, Tishrí lo es al año. Así que el primer día es celebrado como un sábado, un día de descanso y un memorial al sonido de trompetas, que es una santa convocación.” En particular, esta quinta fiesta da inicio a un período de diez días que comienza con Rosh HaShannah y termina con Yom Kippur, más conocido como el Día de la Expiación, o del perdón.
Estos días festivos son conocidos como Días Santísimos y Días Temibles (en hebreo, Yamim Nora’im, que literalmente significa, los días de asombro). Y según el Talmud la fiesta al son de Trompetas es llamada: el Día de Juicio (Yom Haddin). Algunos rabinos – de acuerdo a la tradición de la escuela del gran rabino Shammai – sostienen que en estos días el Libro de la Vida es abierto y los nombres de aquellos que son justos son inscritos en él para el próximo año, así que ellos dedican estos diez días para prepararse para celebrar el día más solemne de su calendario religioso: el “Día del Perdón”, “el Día de la Expiación”, según Levítico 16. Al terminar el Yom Kippur, la sexta fiesta, y transcurridos cinco días, llega la séptima y última fiesta, la de Sukkot (o Sucot), la fiesta de las Tabernáculos.
Las Trompetas. En la Biblia, se mencionan dos tipos de trompetas: las de plata (Números 10), que mandó labrar Moisés para convocar al pueblo, y las de cuerno de carnero. Las primeras pueden haber sido rectas, de unos 60 cm de largo, a semejanza de las usadas en Egipto, y hechas de una sola pieza de plata. Tomándonos la licencia de alegorizar sobre ellas, podríamos decir que, siendo la plata un símbolo de redención (Éxodo 30:11-16), las dos trompetas son una figura de la Palabra de Dios, el A.T. y el N.T., ambos un solo libro y cuyo mensaje es el de la redención en Cristo. Estas fueron usadas en el Templo (2 Crónicas 5:12).
La hechas de cuerno de carnero (Shofar, que hace recordar el carnero que sustituyó a Isaac sobre el monte Moriah – Génesis 22 – y por ello la fiesta también es conocida como Shofarot) se hacían sonar en la fiesta de las trompetas. En esta fiesta se lee al principio de su liturgia el Salmo 47, donde dice en el v. 5: “Subió Dios con júbilo, Jehová con sonido de trompeta”. Y al final de ella, el precioso Salmo 27, que comienza con una expresión de confianza en el presente: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”, y termina en el los vs. 13 y 14 con una expresión de esperanza futura: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová”.
¡Celebremos con alegría el despertar de este nuevo tiempo sobre nosotros!
En el Amor del Señor y en la Lucha por el Reino, Alberto Magno y Gladys de Sales, sus pastores.